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viernes, febrero 11, 2011

(6) El Problema

EL PROBLEMA
     El Libro “La Culpa es de la Vaca”, es un libro que desde la primera vez que lo leí, prestado por una amiga que le encanta este tipo de lectura, me ha servido tanto para mi aprendizaje individual, como incluso para los cursos y talleres de supervisión que he dado a lo largo de mi vida profesional. Hay un relato en particular que he utilizado mucho, y que lo transcribo para compartirlo con Uds.
     Un Gran Maestro y un guardián compartían la administración de un Monasterio Zen, en China. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El Gran Maestro reunió a todos sus discípulos para escoger a quien tendría ese honor. Y dijo: “Voy a presentarles un problema y se los pondré delante. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del Templo”. Trajo al centro de la sala un banco de madera rustica, y le puso encima un enorme y hermoso Florero Negro de Porcelana Fina con una Hermosa Rosa Roja, y señaló tajantemente: “Ese es el problema...!!!”.
     Los discípulos contemplaban perplejos aquella hermosa pieza de arte antiguo: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la rosa recién cortada, el brillo de la luz sobre la superficie, todo era hermoso.....!!! ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados y desconcertados. Después de algunos minutos, un discípulo se levantó enérgicamente, miró al Gran Maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el banco de madera con determinación, levantó el Florero lo más alto que pudo y lo tiró al suelo. Se hizo trisas totalmente, la Rosa la aplastó con el pié. Todos los discípulos emitieron una exclamación de asombro. En esto se levanta el Gran Maestro, y dice:
     “Usted es el nuevo guardián – le dijo el Gran Maestro, y volteándose le explicó a todos -: Yo fui muy claro al principio, les dije que le colocaría delante un problema. No importa que tan bellos y fascinantes sean, los problemas deben ser resueltos y de una vez. Puede tratarse de un florero de porcelana muy cara y antigua, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que, a pesar que nos gusta, debemos abandonar. Sólo existe una forma definitiva de liquidar a los problemas: Atacarlos de Frente, con Determinación y Solucionarlos. En esos momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que cualquier conflicto lleva consigo”.

     Los problemas tienen un raro efecto sobre la mayoría de las personas: nos gusta contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos, etc. Sucede con frecuencia que comparamos nuestros problemas con los de los demás, y decimos: “Su problema nos es nada para el mío, espere que le cuente...!!!”.
     Esta actitud se ha dado en llamar por lo especialista en conducta “Parálisis por Análisis”, el cual es un proceso de contemplación e inacción.
     Nos hemos acostumbrado a sufrir y a vivir con los problemas. A veces hasta disfrutamos contemplarlos y hacer alarde de ellos ante los demás: Tú problema no es nada en comparación con el mío… Y hasta llegamos a extrañarlos a veces. Y es una característica común de este tipo de personas que vivan amargadas y que odian a la vida. Los problemas son para solucionarlos, no para guardarlos y mucho menos para contemplarlos. Sin importar las reacciones inmediatas que dentro de si pueda desatar el tomar una decisión de solución, es preferible hacerlo que contenerlo y vivir con eso carcomiendo los ánimos y el carácter.
     Yo tomé la decisión, no fue fácil. Pero sin mentir, me siento más aliviado en ánimo, y más clarificado en lo que debo hacer de ahora en adelante. Hazlo tú también, toma el problema, levántalo en el aire y arrójalo con todas tus fuerzas al piso. Y después que esté en el piso, patéalo y grítale que lo vas a erradicar de la faz de la tierra.
     Hay un proverbio Chino que dice: Si el Problema tiene solución, No es Problema… y si no tiene solución, No te preocupes por el Problema, déjalo para que no sea tú problema.
Mi consejo es: Resuelve Tú Problema, porque siempre tenemos uno guardado.
Ernesto E. Velásquez R.
Lechería, Anzoátegui. Venezuela.
11/01/2011
ernesto.e.velasquez@gmail.com

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