LA IZQUIERDA, LA DERECHA Y EL CENTRO
En el escrito anterior, quede en contarles de donde proviene la calificación de “Izquierda y Derecha” de los partidos políticos. Según la Enciclopedia Universal de Carl Grimberg en su tomo 31 “Génesis del Socialismo Europeo”, la denominación viene de la Asamblea Popular que se formó posterior a la Revolución Francesa de 1789, donde los partidarios de la continuidad de la monarquía y los aristocráticos mas conservadores y reaccionarios a los cambios que la revolución imponía, es decir, los burgueses, se sentaban en cambote en el ala derecha de la Asamblea, mientras que los más liberales, campesinos, intelectuales progresistas, y los partidarios mas vehementes de la revolución, se sentaban a la izquierda, mientras que un grupo minoritario, donde estaban un pequeño grupo de banqueros y del clero, se sentaron en el centro. Fue de ahí, que en el futuro se tomó para diferenciar a los partidarios de las diferentes tendencias políticas por esa ubicación.
Ahora bien, cual fue el origen de las diferentes ideologías políticas pero ya diferencias con sus planteamientos teóricos, donde expresaban sus puntos de vistas del cómo deberían ser la organización social, política e inclusive cultural…? La verdadera génesis de cada tendencia nunca se han verificado verazmente, pero si existen muchas versiones de esos hechos. En lo que sí coinciden todos los historiadores políticos y económicos es que las principales ideologías (que se iniciaron como teorías económicas) y que aún se conocen, la Socialista y la Capitalista, tuvieron su origen entre mediados y finales del siglo 18 en la nueva Europa que luchaba por hacer desaparecer al régimen feudal. Al Socialismo le ubican su origen en las primeras revueltas francesas de 1778 y al Capitalismo, con el nacimiento de la Revolución Industrial en Inglaterra en la década de 1790. Pero no fue hasta mediados del siglo 19, en 1845 cuando surge los primeros indicios de esa génesis con el nacimiento del partido comunista alemán (primer partido comunista del mundo), cuando Carlos Marx y Federico Engels impulsaron la primera reunión de la Liga Comunista y dieron a la luz al mundo en 1848, el famoso “Manifiesto del Partido Comunismo”, aquel panfleto que comienza diciendo “… un fantasmas recorre Europa, el fantasma del comunismo…”. Y es hasta la Revolución del Acero, en 1888 en Inglaterra y en los Estados Unidos cuando los postulados de la teoría económica del capitalismo expresada por Adam Smith en 1782, se ponen en boga junto a las teorías de otros intelectuales económicos discípulos de Smith. A partir de ahí, ya con un perfil teórico propio, con apóstoles evangelizadores de cada teoría esparcidos por el todo el mundo, y con logros políticos en diversos niveles, que se inicia la dispersión por todo el mundo de estos partidos políticos y sus diferentes versiones y derivaciones.
En Venezuela, ya en los últimos años de la Guerra de Independencia, existían los primeros movimientos Conservadores y Liberales, los que estaban a favor del ideal Bolivariano de la Unión Americana, y los que se oponían; los que querían un gobierno dictatorial y los que querían un gobierno al estilo Norteamericano. La Guerra Federal entre 1860 y 1880 fue, en el fondo, una Guerra entre el partido Conservador (José Antonio Páez & Cía) y el partido Liberal (Ezequiel Zamora & Cía). En la primera década de siglo 20, Venezuela ve la luz del partido Comunista, el padre biológico de la mayoría de los partidos políticos que ha visto Venezuela en su era Republicana y Democrática, a excepción del partido socialcristiano. Desde entonces ha habido en el país un vaivén tanto de políticas públicas como de personajes que se han paseado por todos los bandos y todas las teorías posibles vinculadas con estas tendencias, pero sin ningún Plan de Nación común.
En esta evolución de la calificación, o tendencias de las ideologías políticas, ha surgido un término no muy bien explicado por algunos teóricos, pero si bien entendido en sus objetivos por muchos políticos prácticos, y se trata de una inclinación reaccionaria hacia las 2 grandes corrientes de izquierda y de derecha, y es lo que el Papa Pio XII llegó a llamar, la necesidad de buscar una “Tercera Vía” entre el Socialismo y el Capitalismo. Casi un siglo después que el Papa Pio XII acuñara este término es que este teoría ha comenzado a coger un poco más de cuerpo vistas las experiencias prácticas y ensayos de políticas públicas y económicas en muchos países del orbe. Ejemplos hay muchos que han ido incorporando en un solo saco los mejores esfuerzos del socialismo científico y práctico, y del capitalismo y sus derivados. Ese engendro vendría siendo algo así como un “Socialismo de Mercado” y menos “Capitalismo de Estado”, o lo que llaman muchos un “Sistema Económico Social de Mercado”. En la práctica real, sería una versión muy mejorada en lo social y económico del experimento del Socialismo Chino, el cual, ha sido la única experiencia que teniendo el remoquete de Socialismo (con unas variantes importantes), que ha tenido éxito en el mundo, además de las experiencias de Vietman y otros tigres asiáticos, que copiaron y adaptaron en cierto modo el modelo Chino. También en esta tendencia se ha acercado el ex presidente de Brasil Lula Da Silva y su sucesora, y la experiencia Chilena posterior a la dictadura de Pinochet.
En nuestra realidad nacional, y viendo la historia propia y las más cercanas, hay muchos ciudadanos de toda clase social, nivel académico y económico, que ven en esta Tercera Vía una solución posible. Yo en lo particular recuerdo que cuando el presidente actual estaba en campaña secreta visitando clandestinamente entre 1996 y 1997 muchas ciudades del país, luego de salir de la cárcel, se discutió mucho sobre el modelo que se adaptaría para diseñar el Proyecto País, lo que luego se llamaría el Proyecto Nacional Simón Bolívar, y había una importante división entre los viejos cabezas calientes guerrilleros que querían uno modelo tipo cubano, otros más aristocráticos que forzaban por un modelo europeo tipo francés o español, y otros, entre los que estaban la mayoría de los estudiantes, los intelectuales, académicos y economistas progresistas que pujaban por un modelo asiático, tipo modelo chino, o el nacionalismo japonés, o la revolución industrial coreana. El modelo final se configuró con una fuerte tendencia a la “Tercera Vía” pero sin señalarla implícitamente porque el término no era bien visto tanto por los extremistas como por algunos académicos. El propio precandidato, luego candidato y hoy presidente, era partidario de esa corriente, más por convicción que por amplio conocimiento del tema. Pero la historia posterior y actual nos da muestra de otra cosa, y en lo personal sigo pensado que esta “Tercera Vía” es una posibilidad real.
Total que entre tendencias, corrientes, calificaciones, ideologías, teorías y postulados políticos, nuestro mundo se ha visto arrojado a extremos insospechados de pobreza por un lado, crecimiento desmedido de su aparato industrial por otro, y florecimiento económico por otros tantos, sin encontrar aún un verdadero equilibrio entre lo social, lo económico, lo cultural, y ahora se suma también, el medio ambiente y nuestra posibilidad de subsistencia como género humano, y todo esto por las grandes divisiones políticas e ideológicas entre las naciones y sus líderes.
Hubo un sabio que dijo que “…la mejor ideología es la sume el mayor grado de felicidad posible para su pueblo…”, y no fue quien la pregona actualmente como una frase de su propia cosecha, si no el sabio de América, nuestro Libertador.
“Hasta los palos del monte tienen su clasificación: Unos sirven para hacer leña y otro para hacer carbón. Rómulo Gallegos en Cantaclaro.”.
Ernesto E. Velásquez R.
Lechería, Anzoátegui. Venezuela.
24/04/2011
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